
Una vez leí que nosotros mismos estamos hechos por puertas y ventanas. Nosotros decidimos cuando tenerlas abiertas y cuando mantenerlas cerradas. Podemos ser tan trasparentes como queramos o cerrados como una gran fortaleza. Pues precisamente hoy comienzo este blog para salir del castillo en el que yo mismo me encerré y tiré la llave al mar. Aunque parezcca irónico comienzo mi andadura como bloguero para contar mi experiencia como discapacitado físico. Desde hace dos años, y aún siendo un joven aún, me encuentro confinado en una silla de ruedas por culpa de un cúmulo de circunstancias y de personas que se hacen llamar "médicos" que juegan con nosotros como si fueramos meras marionetas o cobayas de laboratorio, sin reparar en que tratan con personas. No voy a aburrir a nadie contando como llegué a esta situación, pero simplemente comentar que a día de hoy tengo una enfermedad degenerativa llamada condromalacia rotuliana que a día de hoy se me afecta a las dos rodillas, pero que ya siento como se va adueñando de otras partes de mi cuerpo y me van limitando de poco a poco, casi sin darme cuenta.
Todo este periplo lo llevo a cuestas yo sólo, me explico: a veces nos concentramos tanto en nosotros que perdemos la relación con los demás y no reconocemos que vamos llenando de ladrillos nuestra casa. Es bueno tener algunas ventanas cerradas sin embargo hay que tener cuidado ya que si cierras todas te quedas sin aire y con las puertas pasa algo más complicado, tu decides qué puertas cerrar, que puertas abrir, pero si cierras todas, no tendrás salidas y mucho menos, sabrás a donde llegar. Pues eso mismo he hecho yo, tengo poca gente dispuesta a arrimar el hombro para sumar esfuerzos a la vez mía, ¿y yo qué hago? Los aparto de mí con mi mal humor, mis malas palabras, mis gestos feos, etc..., y claro, la gente se cansa. Yo por suerte de momento tengo a mi mujer Raquel, que si por mi fuera la proponía para que la beatificaran; ya tiene el cielo ganado solo conmigo, es la que me levanta todos los días y es mis pies y mis manos; a ella le debo en parte mi estancia en este mundo. Cómo olvidarme de mis hijos, esos seres llenos de inocencia, creyentes de cualquier milagro, y pacientes como los que más, al igual que los más preocupados por mí, a ellos también les debo mi poca cordura.
Ésta, es de momento mi presentación en este gran mundo que es internet, y que para mí espero que se convierta en una vía de escape de mis sufrimientos y pensamientos negativos, que de forma incesante inundan mi cabeza de pesimismo.
No quiero terminar mi primera sesión de "terapia" sin agradecer a mi amiga Nieves su "empujón" hacía este mundo exterior, que espero que haga que deje de volar sin alas, dejando los miedos atrás, que es donde deben de quedarse, y recuperar las alas que un día me fueron arrebatadas.

Sólo un consejo para termiar: volad, pero volad alto, eso sí, siempre acompañados, para compartir esa sensación de libertad que a día de hoy no le damos el valor que se merece en realidad; como dice esta reflexión: El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica; ahí veo yo la importancia de la familia.